1.- ¿QUÉ SIGNIFICA ESTRÉS POSTRAUMÁTICO?
Hablamos de estrés postraumático cuando una persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático como un accidente de tráfico, de aviación o similar, un robo a mano armada, un ataque violento hacia su persona, un incendio, una guerra,… Puede ocurrir que él mismo lo haya experimentado o bien lo haya presenciado, aunque no haya estado directamente involucrado en el hecho en sí. Se han dado casos en que tras un accidente grave incluso algunas personas del equipo de rescate o familiares de los afectados han sufrido este trauma después del acontecimiento.
Después de esta experiencia la persona presenta una serie de síntomas, entre los que se pueden destacar:
*Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones.
*Sueños de carácter repetitivo sobre el suceso, que producen malestar.
*Actúa o tiene la sensación de que el hecho traumático está ocurriendo
*Presenta un malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
*Hay respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del suceso.
*Suele ocurrir que evita de forma persistente estímulos asociados y también cierto embotamiento de la reactividad general, como hacer esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el hecho, o evitar actividades, lugares o personas que puedan motivar recuerdos del trauma, o incapacidad para recordar un aspecto importante del suceso, una reducción considerable del interés o de la participación en actividades significativas, que desempeñaba con anterioridad de forma habitual, una sensación de desapego frente a los demás, cierta restricción de su vida afectiva(por ejemplo incapacidad para tener sentimientos de amor), y una sensación continua de que el futuro se presenta en cierto modo desolador, desesperanzador (por ejemplo, no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o llevar una vida normal).
*Otros síntomas asociados serían, por ejemplo: dificultades para conciliar el sueño o para mantenerlo, irritabilidad o ataques de ira, dificultades para concentrarse, hipervigilancia, es decir, estar demasiado atento a lo que ocurre en su entorno, y respuestas exageradas de sobresalto ante cosas por las que anterirmente no se asustaba.
Podemos darnos cuenta de las consecuencias que puede tener en su vida cotidiana, como un deterioro a nivel social, laboral o de otras áreas importantes de su actividad habitual. Es posible que con anterioridad al suceso fuera una persona con mucha iniciativa, que no tenía miedo a casi nada y era mucho más tolerante. Ahora seguramente presentará un miedo a iniciar cosas nuevas, estará más irritable y susceptible, y esto lo notarán las personas que conviven habitualmente con él o ella, pues observarán que muchas cosas le molestan y puede mostrarlo incluso con ira.
2. ¿DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE ENTRE LO QUE PODEMOS CONSIDERAR UNA REACCIÓN NORMAL Y LO QUE SERÍA DIAGNOSTICADO COMO ESTRÉS POSTRAUMÁTICO?
Básicamente tiene que ver con el tiempo que haya transcurrido desde que sucedió hasta ahora. En los 3 primeros meses es normal que la persona sienta un miedo o temor a que vuelva a ocurrir, o bien a que no pueda superarlo, a estar solo e incluso a hacerse daño él mismo o a otra persona, ya que su irritabilidad se presenta en estos momentos a flor de piel. También es normal que en ciertos momentos se sienta culpable, sobre todo cuando el que sobrevive o ha salido mejor parado era, por ejemplo, el encargado de transportar unos viajeros, en caso de accidente con un vehículo. Es posible que se plantee el hecho de que podía haber reaccionado con más rapidez, o haber salvado a alguien, o haber actuado en caso de que realmente no lo hubiese hecho, es decir, puede sentir vergüenza de su propia actuación o reprocharse no haberlo hecho. Otra cosa que suele suceder es sentir una enorme rabia por lo que ha sucedido, y se preguntará constantemente ¿por qué me ha ocurrido a mí?, y también esa rabia puede ir dirigida hacia la persona o personas que piensa son responsables. Y evidentemente durante cierto tiempo se sentirá decepcionado, abatido, pensando que las cosas que podía haber hecho antes del accidente ya no pueden realizarse.
Todo esto es normal en los primeros 3 meses, así como los síntomas de los que hemos hablado antes. Si perdura más de este tiempo será necesario ponerse en manos de un profesional psicólogo, porque significará que no ha podido superarlo por sí mismo y esto le incapacita de forma considerable su vida cotidiana.
3. ¿Y CÓMO ES QUE HAY PERSONAS QUE LO DESARROLLAN Y EN CAMBIO OTRAS NO?
En todos los trastornos psicológicos hablaremos de personas con cierta predisposición a padecerlo y otras que sería improbable que les ocurriese. Esto sucede porque como personas que somos tenemos diferentes maneras de pensar y de interpretar y enfocar los problemas y las diferentes situaciones de la vida diaria. Cada uno de los trastornos se caracteriza por una serie de síntomas y también por unas creencias que para la persona son muy importantes y que cuando sucede algo que de alguna manera derriba estas creencias o formas de pensar esa persona en concreto se siente desorientada y no sabe cómo actuar.
En el caso del estrés postraumático nos podemos encontrar con una persona que ve, que percibe el mundo, o su mundo, como seguro, previsible, ordenado, que hace todo lo posible porque así sea, es decir, que puede pensar que normalmente todo está controlado porque se considera una persona fuerte, competente. Si a esto le añadimos que nunca se ha encontrado en una situación similar o que ni siquiera se ha parado a pensar que le pueda ocurrir a él mismo, entonces lógicamente se sentirá muy descolocado, porque precisamente un acontecimiento caracterizado por ser catastrófico hará que eso que pensaba hasta ahora ya no tenga sentido, que el mundo es peligroso, que hoy estás aquí y mañana es posible que desaparezcas, que aunque lo externo indique que es improbable que ocurra un hecho semejante ha podido evidenciar por él mismo que la inseguridad se puede manifestar en cualquier momento, por un fallo o bien mecánico o bien humano. Y esto comenzará a crearle cierta inseguridad hacia lo que sucede a su alrededor y quizá hacia su misma persona, por la sensación de que no podrá controlarlo todo, porque hay cosas que no se pueden controlar, que se nos escapan de las manos, y que como seres humanos que somos también cometemos errores.
Es posible que en cierta medida todos nos podamos identificar con este tipo de pensamientos, pero en estas personas lo que ocurre es que son unas creencias que podríamos considerar como fundamentales, muy importantes, y eso es lo que hace que la catástrofe tenga unas consecuencias también considerables.
4. ¿CÓMO SE PUEDE VOLVER A LA NORMALIDAD?
* Lo que no hay que hacer es intentar olvidar el suceso, entre otras cosas porque será imposible. Ha sido un hecho traumático y debemos aceptarlo como tal.
* Por lo tanto es recomendable hablar del hecho en sí y de lo que siente en estos momentos con respecto a él. Como siempre en estos casos en que expresamos nuestras emociones es importante que se lo cuente a las personas que podemos llamar de apoyo, es decir, amigos íntimos y familia, y por supuesto dejar que nos ayuden en todo lo que esté en sus manos.
* No se quede en casa abatido, intente salir, moverse, realizar actividades, es decir, intente llevar una vida lo más normal posible, como la llevaba hasta que ocurrió el suceso o de forma similar.
* Si es importante realizar actividades, también lo es el hecho de no cargarnos mucho de responsabilidades, no estar continuamente en activo, sin parar, porque entonces puede tener el efecto contrario, ya que puede provocar un bloqueo en los recuerdos del suceso, y es el primer punto que hemos señalado, no intentar olvidarlo, sino considerarlo como un suceso más de su vida, importante, eso sí, pero que tiene remedio.
* Enlazando con esto es fundamental tener un tiempo, un espacio para asimilar sus propias emociones, sentimientos, y es muy posible que en muchos momentos necesite estar a solas para recapacitar y elaborar lo que sucedió. Por lo tanto, dese a usted mismo el permiso de llorar, estar triste, o simplemente pensar tranquilamente sobre lo que ocurrió y le está ocurriendo en estos momentos.
* No evite situaciones que le recuerden lo ocurrido. Si tiene que asistir a un entierro, a un hospital, o volver a viajar en el mismo tipo de transporte donde tuvo el accidente, o volver a pasar por la misma calle, ciudad, zona donde sucedió, hágalo, pues de lo contrario se estará negando el recordar, y si hacemos esto nuestro organismo, que es muy sabio, nos avisará de que algo va mal. No por no recordar o intentar no recordar se acabarán los problemas, más bien se prolongarán en el tiempo. Por lo tanto, enfrentémonos a lo que pasó y a las vicisitudes de nuestra vida diaria que nos lo recordará con frecuencia.
* Es muy importante también cuidarse, ya que es un período en que se está sufriendo de mucho estrés, y la comida sana, los momentos de relax, el descanso,… hará que nuestro organismo se recupere con más facilidad.
* Cuanto más hable y exprese todo lo que esté relacionado con el hecho más fácil será de solucionar. Cierre lo ojos e intente imaginar con todo lujo de detalles la catástrofe y deje que afloren en ese momento toda la gama de sentimientos: la rabia, la pena, la desolación, la culpa, la vergüenza, la furia, y no se avergüence de hacerlo, eso le ayudará a tomar distancia y poder verlo con otros ojos al día siguiente.
* Compare lo que vivió con su vida actual. Piense en las cosas positivas que se está perdiendo mientras no elabora de forma adecuada el hecho catastrófico. Mire hacia adelante, intente vislumbrar su futuro, y no sólo eso, también el día de hoy que comienza y que puede ser fantástico si nos lo proponemos, y el día de mañana, y el fin de semana. Intente hacer algo diferente para salir de la rutina, haga una lista con proyectos que le gustaría realizar, y no se preocupe si llegará a conseguirlos, lo importante es que tenga en mente ilusiones, cosas que antes del accidente eran motivo de alegría, de empuje, de ganas de vivir. La vida sigue y si ponemos nuestro granito de arena puede ser mejor de lo que pensamos.