LA DEPRESIÓN

16 de enero de 2012

¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN?

En primer lugar todos tenemos momentos en los que nos sentimos tristes o melancólicos. Esto no es anormal ni disparatado, de hecho, es uno de los problemas más comunes que experimentamos. Pero la depresión no es solamente sentirse mal o trastornado. 

La depresión tampoco consiste en sentirse ansioso o nervioso, aunque es cierto que las personas deprimidas frecuentemente se sienten tanto ansiosas como deprimidas. Así pues, se puede diferenciar el término depresión del de estar bajo de ánimo o melancólico principalmente por 3 características: que  la depresión es más intensa, que tiene una duración más larga y que además interfiere significativamente en el funcionamiento diario de la persona.

Algunas veces el inicio de un período depresivo es claro e intenso y está relacionado con un suceso determinado, como por ejemplo, la muerte de un ser querido. Sentir dolor y tristeza en estas circunstancias es una reacción natural puesto que es una pérdida personal. Pero si el período depresivo se prolonga en el tiempo entonces sí que habrá que comenzar a hacer algo para solucionarlo. También puede suceder que no se pueda identificar fácilmente el suceso que dio lugar a la depresión y ocurre que se vive durante mucho tiempo sin una explicación obvia o lógica.

La depresión está caracterizada por unos síntomas físicos, también unas conductas determinadas y además por unos sentimientos concretos.

Por un lado estas personas presentan un sentimiento desagradable, que llamamos disforia, y puede decir, por ejemplo: “me siento muy mal, triste, desesperada, desde hace mucho tiempo”. Puede sentir que carece de valor, o que es una inútil y que su vida no tiene sentido. Puede ver su futuro negro y de una forma pesimista. Se describe a sí misma como fracasada, aunque no exista una justificación real para que se sienta así. Es decir, tiene una visión negativa acerca de sí misma y acerca del futuro. La persona tiende a ver sus experiencias desagradables como una consecuencia de un defecto suyo, por eso muchas veces también piensa que no tiene esas cualidades necesarias y esenciales para poder lograr la alegría y la felicidad. Cuando hace proyectos piensa ya de antemano que habrá muchas dificultades o que el sufrimiento que ahora experimenta continuará siendo así siempre, ya espera lo que va a sufrir, las penas, las frustraciones, por lo que piensa finalmente que es seguro que fracasará.

Otra cosa que suele suceder es el bajo nivel de actividad. A veces un día típico de una persona deprimida consiste en sentarse y no hacer nada o realizar actividades solitarias y pasivas como ver la TV, comer, o dormir. Las tareas que normalmente hacía ahora le supone mucho esfuerzo realizarlas. Por eso suele abandonar actividades que antes le parecían satisfactorias y le gustaban.

También suele haber problemas de relación con otras personas: con la pareja, los amigos, en el trabajo,…Puede sentirse incómoda en grupos, o al tener que expresar sus propias opiniones, o defenderse, porque además se siente indefensa, sola, abandonada, aunque curiosamente evitan a la gente.

Por otra parte es probable que se sienta culpable al creer que debería ser castigada por cosas que ha hecho, o por fallos que ha cometido, por ejemplo en el trabajo o en su vida familiar.

Otras personas deprimidas creen que su depresión es debida al estrés que han provocado algunas situaciones, como pueden ser sus obligaciones laborales o familiares, al sentir que los demás le exigen demasiado. Por tanto, estas situaciones las interpretan de forma negativa y no ven otras alternativas que seguramente son más lógicas y quizá más reales.

Y también pueden presentarse síntomas físicos, como poca energía, sensación de fatiga y además sin una justificación. Es muy común dormir mal, tener menos apetito, o demasiado, o problemas de estómago, o incluso tener menos interés por el sexo.

 ¿CUÁLES SON LAS CAUSAS PSICOLÓGICAS DE LA DEPRESIÓN?

Aunque hay muchas teorías sobre los orígenes de la depresión y algunas de ellas apuntan estrictamente a las causas biológicas de esta nosotras nos centraremos en las que son estrictamente psicológicas.

En la historia de vida del paciente deprimido solemos encontrar episodios de desvalorización, dependencia, agresiones, malos tratos, abusos, situaciones de separación o pérdida de seres queridos, injusticias, carencia o escasez de afecto, sentimientos de impotencia, elevadas críticas unidas a elevada exigencia, fracasos o frustraciones. No tiene por qué haberle pasado todo pero sí sucede que la persona con depresión suele haber pasado en su vida por alguna de estas vivencias.

El hecho de haber vivido estas experiencias degradantes para él conforma la primera parte de la tríada de pensamiento depresivo: “YO NO SOY BUENO PARA ESTE MUNDO” y como consecuencia es como si se le activara desde pequeño un “sensor” para todo lo malo que hay en el Mundo. Con el paso de los años no sólo este “sensor” le ayuda a filtrar la realidad y a escoger  sólo lo negativo sino que a veces lo exagera, no ve lo positivo de las situaciones, etc…Su pensamiento se ha vuelto negativo, negro y de cada cosa que sale mal en su vida se culpa automáticamente basándose en su norma básica “YO NO SIRVO; YO NO SOY BUENO”: Este continuo culparse por todo lo que sale mal acompañado de otros pensamientos de tipo negativo y catastróficos (lo que saldrá mal en el futuro) le provocan tristeza y con el tiempo la tristeza acaba formando un cuadro de apatía, de desgana, de impotencia… que conforma lo que llamamos depresión, cuando la persona ya no tiene ganas más que de morirse…_¿ Por qué? Pues la mayoría de las veces sucede que ha acabado pensando que haga lo que haga las cosas no cambiaran y ya deja de hacer cosas, es como si se rindiera a nivel inconsciente (_¿para qué voy a estudiar o a buscar trabajo si  no voy a conseguir nada en la vida?).

Es importante no tomarse estas explicaciones al pie de la letra, todo esto sucede a nivel psicológico, cuando decimos que la persona se rinde no lo hace a propósito ella sólo siente que no puede más y sería un error culparle por rendirse, por supuesto.

Así pues las causas psicológicas de la depresión se basan en este tipo de vivencias degradantes para la persona y en la peculiar selección negativa que hace de la realidad.

Teniendo en cuenta que la forma en que interpretamos la realidad es la que nos hace sentirnos de una forma u otra el depresivo interpreta la realidad seleccionando lo negativo y es por ello que se siente triste, desganado, desesperanzado ante un Mundo que le parece negro y hostil.

Así pues es como “el pez que se muerde la cola”. La persona con depresión ha vivido experiencias negativas que le han llevado a pensar que él es negativo, el Mundo también lo es y como consecuencia también el futuro será negro. De esta forma de pensar deviene que interpreta la realidad de forma negativa y se siente mal continuamente.

El círculo vicioso es Acontecimiento _ Interpretación Negativa _ Tristeza _ Desgana y Apatía

¿CUÁL DEBERÍA SER LA ACTITUD DE LA FAMILIA CUANDO UNO DE ELLOS ESTÁ DEPRIMIDO?

La persona con depresión ha podido ser muy activa antes de entrar en el proceso depresivo, no se ha vuelto vaga ni dejada, simplemente no se encuentra bien y no se le puede pedir que haga cosas como si no le pasara nada. Pero como la depresión es un trastorno psicológico a veces a los familiares les cuesta entender lo que está pasando, les dan consejos de “andar por casa” que no sólo no ayudan sino que perjudican al paciente.

Si la persona está haciendo una psicoterapia todos estos consejos a la familia los suele dar el psicólogo.

En primer lugar no deben culparse por el estado de la persona deprimida, ellos no son los causantes de la depresión. Pero tampoco deben culparle a él o ella diciéndole “ es que deberías poner algo de tu parte” o “ si te esforzaras más”. Cuando el paciente está en plena depresión no puede esforzarse ni poner nada de su parte y es injusto reprocharle su actitud pasiva o sus largas estancias en la cama puesto que no se siente con ánimo de hacer nada.

Tampoco se debe recomendar el típico “ sal y dístráete” o bien “eso te pasa porque no haces nada en todo el día”. Cualquiera puede pensar que salir de casa, estar con otras personas podría ser una buena terapia pero cuando el depresivo no tiene ganas de salir ni de distraerse y a veces seguir este consejo es aún peor pues tiene que hacer esfuerzos por disimular “que está bien”.

“No pienses tanto” es otra de las cosas que se les recomienda a estas personas pero no es cierto que las personas con depresión piensen más, lo que pasa es que como se comunican menos y están muy centradas en sí mismas da la impresión de que están todo el día pensando.

La típica frase de: _Pero si lo tienes todo ¿qué te falta? Es muy fácil para quien nunca ha sufrido una depresión pensar que sólo se explica como consecuencia de problemas familiares, económicos o profesionales pero a veces no es así y con esta frase el depresivo se siente más culpable por estar así además de incomprendido lo que provocará que se encierre más en sí mismo. Otra cosa que les agobia mucho es que se les pregunte constantemente el Por qué de su estado cuando ni siquiera ellos saben por qué están así.

Sería adecuado que la persona depresiva no tome decisiones importantes con respecto a su vida  (dejar el trabajo, abandonar a su pareja, etc) durante el período depresivo pues no está al 100% de sus capacidades para decidir lo que le conviene. Así pues sería bueno que el papel de la familia fuera comprensivo, no crítico, de apoyo en cuanto a ayudarle con sus responsabilidades y colaboración en cuanto a recomendarle y apoyarle en el tratamiento psicológico.

Te ofrecemos este documento, Afrontando la depresión por si te sirve a entender más sobre este tema y otro de Información sobre depresión para su familia. 

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